Peñalcázar, un pueblo abandonado con muralla, calzada romana y vistas increíbles


No recuerdo con exactitud qué edad tenía la primera vez que fui a Peñalcázar, pero debía tener unos 12 o 13 años, es decir, hará unos 25 años. Recuerdo que fui con mis padres y mis tíos de Reznos y que cuando llegamos a la fuente de abajo había un pastor con unas cabras y que una de ellas escupió a mi padre, uno de esos recuerdos ridículos que se queda ahí a lo largo de los años.

El pueblo estaba abandonado, pero no como ahora, porque entonces la iglesia estaba bastante en pie, las casas todavía conservaban interruptores, baldas, algún objeto desperdigado, había puertas, ventanas… Ahora ya no queda nada de eso, ni quisiera han sobrevivido al expolio las lápidas y cruces del cementerio y vagamante reconozco un pequeño lugar vacío como tal.

Desde entonces no he dejado de subir cada año y el lugar me sigue pareciendo igual de mágico que el primer día. Es una de las visitas obligadas cuando alguien viene a conocer Casa Tía Julia.

¿Por qué es este pueblo tan fascinante? Aparte de la fascinación que puede provocar per se cualquier pueblo abandonado, Peñalcázar tiene de especial el enclave en el que está situado y el difícil acceso a él. Está subido en una peña (los de la zona siempre decimos «ir a la Peña») a 1200 metros de altitud y no hay forma de llegar en coche. El único acceso es a pie o en burro por una antigua calzada romada, de la que apenas queda rastro. Además, está subido sobre un precipicio y la parte que da entrada al pueblo conserva todavía un poco de muralla. Aunque llegó a haber luz, nunca llegó a haber agua corriente y los habitantes tenían que bajar a la fuente junto a los huertos (una media hora a pie por la calzada romana).

El último habitante

El último habitante dejó el pueblo en 1978 y así nos relatan en La Vanguardia de 1976, el 16 de diciembre, cómo fue la primera votación democrática tras la dictadura:

ultimo-habitante-votacion-penyalcazar1976

También en el ABC se hacen eco de la noticia:

ABC-1976-penyalcazar

Nótese el particular nombre de este último habitante que lo hace todo en el pueblo: Segundo Alcalde Portero.

Fotografías

El autor de las fotografías es José Díaz Martín, que nos las ha cedido amablemente para este post. Creemos que sus fotos captan a la perfección el espirítu de lo que es Peñalcázar hoy.

Historia*

* Información extraída de internet, no he encontrado el nombre del autor, pero me inclino a pensar que es del historiador Ignacio Gil Crespo, que tiene varias publicaciones sobre la zona.

Pertenece a las Villas Fronteras con Aragón, del arciprestazgo de Gómara. Conocida como Alcaçar desde el fuero de Soria del siglo XIII, y posteriormente como Peña de Alcázar, denota claramente su origen árabe (Al-qasr, fortaleza).

Hay restos de un antiguo camino romano, defensas romanas y celtibéricas, yacimientos fósiles, dos cuevas y unas pocas construcciones romanas. Algunos historiadores sitúan aquí la Centríbriga celtíbero-romana (que traduce como alta fortaleza), sometida poco después de la toma de Numancia.

En el 972, a la muerte de Amril ben-Timlet, el valí del Campo de Gómara y el Jalón medio, sus hijos gobiernan las torres de Amril y Noviercas, y las plazas de Peñalcázar, Ateca, Deza y Ribarroya. No es aventurado suponer que pudo ser tomada por el Conde Garci Fernández en su ataque contra Deza en el 974, y en el que vence a los valíes en el inlocalizado Fahs Albaracat (“el campo de las bendiciones”).

Algunos eruditos ubican en Peñalcázar el Alcocer del Cantar del Mýo Çid, a cuya toma dedica el poema no pocas líneas, aunque otros proponen una localización mucho más lógica con el texto y el terreno entre Ateca y Terrer.

Su importancia en la Edad Media queda atestiguada por las ruinas que hoy se conservan y los objetos y sepulcros encontrados. Según la obra “Corpus de castillos medievales de Castilla”, contaba con dos entradas con dos formidables puertas de hierro, hoy devastadas. Hay testimonios de poblaciones íberas y dos cavernas pobladas en la prehistoria, la de las Brujas y la del Viñador.

Del alcázar hoy sólo queda un centenar aproximado de metros del lienzo de la muralla por su lado Oeste y recintos más o menos aislados, con algunas almenas en aceptable estado para el conjunto. El camino de acceso en rampa pavimentada, zigzaguea hasta alcanzar una de las puertas de acceso, que divide uno de los lienzos. En una de las torres de la muralla también por su lado Oeste, o más bien en sus restos, se aprecia lo que pudo ser un aljibe o nevera. Se trata de una bóveda de cañón insertada en una torre cuya parte superior aparece a ras de suelo con una abertura.

En 1358 don Enrique de Trastámara, rompiendo las débiles paces entre aragoneses y castellanos del Cardenal Guillén, trata de hacerse con Peñalcázar, aunque tiene que retirarse de nuevo a Aragón ante el empuje de su hermanastro don Pedro I (El Cruel) desde Gómara.

En 1447 los navarros toman Peñalcázar. Pudo ser la respuesta a la toma de Atienza, que estaba en manos navarras, por parte de Juan II de Castilla un año antes.

De 1581 era el retablo mayor de la parroquial de San Miguel en Peñalcázar, elaborado por Juan de Artiaga, del que se han conservado dos imágenes, de la Dolorosa y San Juan. El estofado era obra de Pedro Jiménez de Santiago, de 1596. Según Ángel Almazán una virgen románica del siglo XIII se encuentra probablemente en el palacio episcopal de El Burgo de Osma.

Durante la Guerra de Sucesión es tomada y saqueada por las tropas del Archiduque en 1706, junto con las villas de Deza, Serón, Almazán y Almenar, retirándose un año después.

Contaba en 1783, próximo a la disolución del Honrado Concejo de la Mesta, con un total de 6.350 cabezas de ganado lanar, 200 de ellas trashumantes, en un momento en que la provincia contaba con más de 670.000 cabezas. A mediados del siglo XIX, según Madoz contaba con setenta casas, ayuntamiento, escuela, parroquial.

Más documentación

Artículos de Ignacio Javier Gil Crespo:

La presentación del libro «Despoblación y abandono de la España rural. El imposible vencido» y excursión a Peñalcázar (Soria)”presentación del libro «Despoblación y abandono de la España rural. El imposible vencido» de Luis del Romero en el pueblo vecino de Reznos y le excursión a Peñalcázar del 13 de mayo de 2018 fue un éxito: hubo más de 60 asistentes y hasta la fecha es la presentación con más personas. Si queréis ayudarnos a seguir organizando eventos como este, podéis amadrinar una teja a partir de 1 euro.

3 comentarios

  1. He es todo en Ciria y Peñalcazar, me han impresionado, es una visita que quiero repetir. En Ciria he preferido no subir al castillo para no molestar a los buitres. En Peñalcazar he estado brevemente, y si no me equivoco la iglesia debe de estar tapiada, pues no se puede entrar, o tal vez si y no me haya dado cuenta. Impresionantes las cosas que se descubren por Soria.

  2. He estado en Peñalcazar y me ha,encantado un pueblo encantador. En sus tiempo de vida tenia que ser un publo especial. Tiene un encanto especial y no se deveria dejar perder. Patrimoni tendria ponerse las pilas para su conservación.

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