ACTUALIZACIÓN DE OCTUBRE 2020: Todo lo escrito abajo era verdad cuando lo escribí y fue verdad hasta el año pasado. Pude retirar sin problemas la mitad de los fondos en su día, pero actualmente NO OS FÍES DE LEETCHI.COM. Llevo ya dos meses intentando que me reintegren la otra mitad del bote (unos 2500 euros) y no hay forma. Me piden multitud de papeles y justificantes y cuando envío todo, me piden que lo vuelva a enviar con mayor calidad porque no lo ven bien (sic). Estoy pensando en denunciar a la OCU. Además sé que no soy la única a la que le ha pasado.
ACTUALIZACIÓN DE DICIEMBRE 2020: Finalmente me han ingresado la cantidad que me debían, tras marearme mucho. Inicié en junio la petición para retirar los fondos, así que han sido casi 6 meses para algo que hace unos años cuestión de días. He tenido suerte porque en mi caso, al ser autónoma, tenía registro de todos los gastos y porque he podido ir donde la empresa que me hizo la obra del tejado y pedirles que me pusieran un sello en una de las facturas. De esta manera Leetchi se ha quedado sin excusas para no pagar (no les valía la factura normal, no, tenía que llevar además un sello de la empresa, y escanearse). También les envié el modelo oficial de la declaración a hacienda de ese gasto. En fin, ya está resuelto todo, pero no recomiendo nada abrir un bote en Leetchi.
Categoría: La campaña
Por qué no debes fiarte de las ayudas que prometen a los emprendedores
Cuando me metí en el lío de montar Casa Tía Julia, además de pedir la capitalización del paro para empezar (si a alguien le interesa cómo van los trámites, me puede preguntar) estudié bien las subvenciones y ayudas que podía obtener en Castilla y León (donde estoy dada de alta) y en concreto había una para la que yo cumplía todos los requisitos: mujer, menor de 35 años, desarrollo rural… por la que concedían hasta 12.000 euros justificables en inversiones, entre las que se incluían la compra de bienes inmuebles para desarrollar la actividad, con lo que en mi caso, al comprar la casa, ya lo tenía más que justificado. Lo pregunté todo bien, estudié la convocatoria del año anterior a conciencia, me atendieron fantásticamente en la oficina de Empleo en Soria y me lancé a la aventura, siguiendo el orden exacto de las cosas. Según los técnicos con los que hablé, alrededor de noviembre (yo me daba de alta en septiembre) se publicaría la convocatoria de ese año y obtener la subvención, visto mi expediente, sería algo casi automático.
Error. Ni los técnicos ni yo podíamos imaginar lo que saldría publicado en el BOCyL (Boletín Oficial de Castilla y León). Efectivamente, en noviembre se publicó la convocatoria, solo que tenía dos diferencias sustanciales: